La Comarca Campo de Cariñena se encuentra situada en la parte central del valle del Ebro, por lo que su estratégica y privilegiada situación geográfica sirve como lugar de paso desde los Pirineos y el Norte de España a la costa mediterránea. Por nuestro territorio han existido una serie de caminos naturales de gran importancia histórica y estratégica usados a lo largo de los siglos. A su vera han transcurrido el camino íbero, la vía romana, el camino Real y desde el año 1826 la carretera de segundo orden de aquella época Zaragoza-Teruel, derivada en la actualidad en la autovía mudéjar A-23.
Pero es a finales del siglo XIX cuando coincidiendo con el aumento del cultivo de la vid, surgen las primeras formas de comercialización y transporte del vino en pipas cargadas en carros. Por aquellos años existía la figura de los “arrieros”, que trajinaban el vino para su venta por pueblos, casas particulares y tabernas de todo Aragón de zonas no vinícolas. Por otra parte, en el año 1844 se funda la Compañía de Diligencias “La Coronilla de Aragón”, que enlazaba Zaragoza con Cariñena y Teruel. Años más tarde, en el año 1882, el trayecto entre Zaragoza y Teruel era cubierto por la Compañía de Diligencias “Fortis”, que ofrecía el viaje entre Cariñena y Zaragoza en 5 horas.
Sin embargo ya en el año 1857 y debido a la demanda existente en Francia para importar vino, se realiza un primer estudio de un ferrocarril para el Campo de Cariñena, que no llegó a materializarse. Este estudio impulsado por José de Gama, Juan Lorenzo Madariaga y Esteban González Apousa, fue autorizado por las Cortes con fecha 9 de agosto de 1857 y contemplaba un ferrocarril, que partiendo de la línea Madrid – Zaragoza en la localidad de Ricla, enlazase con Cariñena a través de la Sierra de Algairén, sirviendo a las localidades de La Almunia, Alpartir, Almonacid de la Sierra, Cosuenda y Aguarón. Posteriormente, en 1882 existió un proyecto para establecer una línea de tranvía entre Zaragoza y Cariñena con tracción a vapor. Este proyecto fue impulsado por Mariano Esquirol y contemplaba el transporte de viajeros y pequeñas mercancías a una velocidad de 20 km./h., que finalmente fue rechazado por la Diputación Provincial por ocupar parcialmente el camino Real que unía Madrid con Zaragoza.
Pero sería en el año 1882 cuando se produjo el primer gran impulso a las comunicaciones en la Comarca Campo de Cariñena. Por autorización recibida por el Gobierno en la Ley Especial de 6 de mayo de 1882, se otorgó la concesión del Ferrocarril de Cariñena a Zaragoza al ingeniero Juan Font Iglesias, que cedió sus derechos de la concesión a la Compañía del Ferrocarril de Cariñena a Zaragoza, fundada por la Sociedad Catalana General de Crédito, manteniendo parte de su accionariado. Por fin comenzaba a gestarse el primer ferrocarril en el Campo de Cariñena.